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TRAYECTORIA

Mi relación con la danza fue de amor a primera vista. Desde que descubrí el poder de transmisión que posee el cuerpo en movimiento, entendí que la danza me coloca en un estado de verdad, de honestidad con lo que una es, con lo que una hace. Desde siempre he estado enamorada de la danza española, con toda la riqueza de sus cuatro vertientes: flamenco, danza estilizada, escuela bolera y folklore, pero también de la libertad de movimiento y la conceptualidad que me ofrece la danza contemporánea. Tardé tiempo en darme cuenta de que no eran amores contradictorios, que no era necesario elegir, que simplemente podrían convivir y crear mi propia manera de entender el movimiento. Llegar a esta conclusión, inevitablemente me obligó a iniciar un camino de búsqueda, por el que aún sigo transitando. No hablo de fusión de estilos, pero sí de convivencia, de interrelación, de retroalimentación, de complementarse y de darse el contrapunto.

He buscado y sigo buscando mi propia corporalidad, mi propia manera de traducir a mi cuerpo español y contemporáneo toda esa verdad que siento que tiene el flamenco y también el folklore. Y he encontrado mi propio espacio. Me siento flamenca en grand plie a la segunda o rematando lanzándome al suelo. Descalza y con bata de cola. Marcando por seguiriyas con vaqueros y zapatillas de deporte, con grandes cuartas que me conectan con Gades y con Martha Graham. Encontrando similitudes entre los panderos cuadrados de Peñaparda y los taikos japoneses o encontrando la potencia de un grupo que danza mezclando conceptos del contact improvisation con pasos de castellano y baile charro.

Y así es como me siento más yo que nunca. He tenido que buscarle a todo esto su propio nombre. Un nombre propio que lo defina: danza contemporánea de raíz. Como yo soy: mi cuerpo es contemporáneo, pero mi médula está hecha de tierra, de raíces que ahondan en el imaginario de nuestro folklore y nuestro preciado flamenco. Y aquí sigo, buscando, en este cruce de caminos, esta encrucijada que es mi zona cero. Mi propio espacio, mi propio abismo…

SARA CANO · CURRÍCULUM

  • Premio Max 2020 a Mejor Coreografía.
  • Primer Premio de Coreografía Ex Aequo XXIX Certamen de Danza Española y Flamenco.
  • Primer Premio de Coreografía XXVII Certamen de Danza Española y Flamenco.
  • Primer Premio de Coreografía de Solo XXIII Certamen de Danza Española y Flamenco.

De ecléctica formación, Sara Cano es una bailarina y coreógrafa cuyos estilos abarcan desde la danza contemporánea a la danza española, el folklore y el flamenco. Graduada en Coreografía e Interpretación de Danza Contemporánea por el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila de Madrid. Es directora de su propia compañía desde 2014, año en que comienza su andadura en solitario con la pieza corta A Palo Seco Redux que ha sido premiada y programada en festivales tanto españoles como internacionales y que es además el germen de A Palo Seco, una pieza en la que la coreógrafa establece una forma propia de expresión que amalgama flamenco y danza contemporánea. Continuando con esta búsqueda, crea en 2017 Sintempo y en 2018, La Espera. En 2019 estrena su primer trabajo de formato grande titulado VENGO! un trabajo en el que revisita las raíces del folklore español bajo una mirada contemporánea. En 2020 crea su nuevo espectáculo, Mujer de Pie.

En 2019 estrena VENGO!, su primer espectáculo de formato grande en el que revisita las raíces del folklore español bajo una mirada contemporánea y que la llevó a ser ganadora del Premio Max 2020 a Mejor Coreografía. En 2020 estrena Mujer de Pie, una alegato a la resiliencia y el poder de reinvención. En 2021 crea junto a Vanesa Aibar, Todas las Noches. En 2022 estrena Al Son, una pieza creada por y para mujeres en la que la creadora sigue apostando por traer el folklore a un contexto contemporáneo y que la ha llevado a ser finalista en los Premios Max 2023 a Mejor Espectáculo de Danza. En 2023 se proyecta el estreno de Al Son (Invisibles), continuación de Al Son, que pretende completar el mensaje ya iniciado en la citada pieza.

Además de sus propias producciones, comienza a crear trabajos para otras compañías, como Ibérica de Danza (Fígaro, el barbero de Sevilla), Miguel Ángel Rojas (Ya no seremos) o Marea Danza (Roda) además de haber sido la encargada de llevar a cabo la coreografía de la XXII Edición de la Gala de los Premios Max de las Artes Escénicas, bajo la dirección de Ana Zamora. Sus próximos proyectos de encargo como creadora se desarrollarán en el Teatro de la Zarzuela, con la coreografía de La Rosa del Azafrán para la Temporada 23/24 bajo la dirección de Ignacio García y en la Opéra Royal de Wallonie- Liège, Bélgica, con la coreografía de la ópera Carmen, bajo la dirección de Marta Eguillior.

Como bailarina, su trayectoria se ha desarrollado abarcando un amplio abanico de estilos, bajo las órdenes de coreógrafos como Teresa Nieto, el coreógrafo israelí Shlomi Bitton, Blanca Li, Malucos Danza de Carlos Chamorro, Fundación Antonio Gades, Joaquín Cortés o Ibérica de Danza. Sus últimas colaboraciones como intérprete se han desarrollado bajo las órdenes de Marco Flores, Olga Pericet y Yoshua Cienfuegos para la creación del espectáculo Fase Alterna, de la Compañía de Marco Flores, así como el espectáculo Requiem, de Cienfuegos Danza, como celebración de los 20 años de dicha compañía.

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